En Inglaterra dicen que España ignoró lo que había detrás de los maletines
Sólo noticias. Curiosa reacción en el Reino Unido a las noticias que llegan desde España sobre posibles amaños en partidos de nuestra Liga: los artículos, en la BBC, en el Times, en el Telegraph, son puramente explicativos, no han pasado de la sección informativa. Apenas hay opinión al respecto. Puede que se trate de falta de previsión o de interés (hay material suficiente todos los días para llenar cientos de páginas sobre las disputas deportivas en la Premier), o respeto al proceso judicial.
Los pagos. Pero una cosa se puede prever: cuando se empiece a rascar en el asunto, cuando comiencen las preguntas, no habrá mucha gente que entienda por qué se metía y sacaba dinero con tanta facilidad en las cuentas de los futbolistas y nadie permitirá que se negocie un principio que se considera absoluto de la ética deportiva: eso de pagar a futbolistas, ya sea para ganar o mucho peor para perder, es inaceptable.
El precio. Me recuerda a una historia de George Bernard Shaw que le preguntó a una señora que conoció en una fiesta: “Madam, ¿iría a la cama conmigo por un millón de libras?”. “Sí —contestó ella—. Lo consideraría”. “¿Y por una libra?”, preguntó él. “¡Pero, por favor! ¿Quién se ha creído que soy?”. “Madam, ya hemos establecido lo que es usted, ahora estamos negociando el precio”.
Ignorar el problema. Pete Jensen, informando el año pasado en el Independent sobre el posible amaño en un Levante-Deportivo, es el único que se atreve a juzgar. “Durante años, el fútbol español ha preferido ignorar lo que hay detrás de la tradición de los maletines… pero la globalización de la industria de apuestas supone que los incentivos financieros pueden ser mucho mayores que los de un maletín entregado en una estación de servicios de una autopista”.
Apuestas. El asunto tiene trascendencia local. La agencia gubernamental National Crime Agency, tras una serie de artículos del Telegraph, detuvo hace casi un año a seis hombres acusados de amañar partidos en las divisiones inferiores del fútbol inglés para beneficiar apuestas, y la investigación continúa. Un dato interesante: en Inglaterra se pierden partidos por cosas de apuestas, no por evitar un descenso o ganar una promoción.
La lucha. Cuando nos empiecen a mirar con lupa, habrá dudas sobre el papel de las autoridades deportivas, que han sabido de este asunto durante años. ¿Por qué nadie había intervenido hasta ahora? Se aplaudirá la lucha de la LFP, de Tebas y del CSD, como ya ha hecho Sid Lowe en un artículo en ESPN. Y dice más: “En privado, muchos jugadores admiten que esto (compra de partidos) ocurre. Una de esas circunstancias que se asumen que existen, aunque no se vean”.