Nimes recibió al Tour a pedradas en 1904
El primer gran escándalo llegó en el Tour de 1904, en el que Nimes, la meta de hoy, tuvo un violento protagonismo.
Los corredores idearon numerosas trampas. En la etapa inicial, París-Lyon, fue descalificado Chevalier por viajar por la noche en coche y se sancionó a Pothier por ir a rebufo del vehículo de su director, Delattre. Ese mismo día, a Aucouturier se le vio rodar detrás de un misterioso ciclista no inscrito. Y Pothier y Maurice Garin fueron atacados por cuatro enmascarados.
El forofismo local generó momentos muy tensos. En la 2ª etapa, Lyon-Marsella, André Fauré demarró en Saint Étienne. Tras su paso salieron unos doscientos partidarios que arremetieron con palos y piedras contra el resto de ciclistas. Giovanni Gerbi quedó insconciente. Los organizadores tuvieron que disparar al aire con sus pistolas para disuadir a los violentos.
La historia se repitió en la 3ª etapa: Marsella-Toulouse. Enfurecidos por la descalificación de Ferdinand Payan, por correr con una bici motorizada, aparecieron en Nimes “cerca de 150 personas gritando con el puño cerrado”, describió Geo Lefevre, cofundador del Tour. Eran sus vecinos de Arlés armados con piedras. Algunos corredores tuvieron que huir disfrazados.
“Ganaré este Tour, a no ser que me asesinen antes de llegar a París”, auguró Garin. Acertó en parte. Se coronó por segundo año, pero cuatro meses después la Union Vélocipédique de France (UVF) descalificó a ocho ciclistas “por uso ilegal de coches”, entre ellos los cuatro primeros y todos los ganadores de etapa. Se designó vencedor a Henri Cornet, que vivió siempre con la amenaza de los simpatizantes de Garin. “El Tour muere de éxito”, profetizó Henri Desgrange. Se equivocaba.