Gigante Casillas
Por si algún elemento extraño sigue teniendo dudas de que la decisión de Ancelotti de alternar los porteros es de pandereta, que se coja el vídeo del partido que se marcó Casillas en Dortmund y lo guarde en el salón de su casa. En un choque para tipos con personalidad, en el que a muchos figurones les temblaron las canillas, el capitán salvó la eliminatoria con un par de manos antológicas. Da coraje pensar que sigue habiendo una parte (muy pequeña, eso sí) de madridistas que a Iker le niegan su valía y le faltan al respeto. Da rabia observar cómo al club le ha costado un mundo darle el reconocimiento público que merece como leyenda del Madrid y mejor portero de su historia.
Y da risa pensar cómo se ha querido vender como innovadora una idea tan disparatada como dejarle en el banquillo en la Liga. Iker agrandó su leyenda en Dortmund como lo viene haciendo con naturalidad desde que era un crío: meter la mano clave en el momento decisivo.