La Real regresa a donde la Champions le dejó
Confieso que un cruce con Arsenal o Milán hubiera sido para la Real más glamuroso y acorde a la categoría de la Champions que cualquiera de los restantes, pero puestos a salvar un último obstáculo previo que sea ante el Lyon se considera indiscutiblemente una noticia positiva. El Olympique no es el que fue. Su apuesta actual pasa por dar protagonismo a jóvenes de nivel como Grenier, Fofana, Umtiti o Benzia y para ello se ha desprendido de estrellas como Lisandro López y, quién sabe, Gomis. Cambio de aires.
Esa inexperiencia de la plantilla francesa equipara la batalla más importante que podría encontrarse la Real, precisamente la falta de horas de vuelo en torneos de tal envergadura. La marcha de Illarramendi deja un hueco en mediocampo que a día de hoy inquieta, aunque mitigable con la posible llegada de Granero. El resto es ilusión. Ilusión porque la eliminatoria se decida en Anoeta, donde la magia suele ser especial. Ilusión por los miles de aficionados txuri-urdines que aprovecharán las vacaciones para viajar al partido de ida, en Gerland. E ilusión por retomar el camino que aquel equipo subcampeón de Xabi Alonso, Nihat y Kovacevic concluyó en los octavos de esta misma competición en Lyon, hace ahora nueve años. La historia vuelve a empezar en el mismo sitio, en el mismo punto. El destino.