Las milagrosas coles de De Groot
Como hoy, el pelotón rodaba hacia Albi en 1955, pero esta vez bajo un aplastante sol. El holandés Daan de Groot (25 mayo 1933, Amsterdam; fallecido el 8 enero 1982) fue uno de los primeros en descolgarse del paquete. Corría su primer Tour, era más especialista en la pista que en carretera y sufría mucho con el calor. Se metió en un campo de coles, cogió dos grandes hojas, se puso una encima de la cabeza y otra en la nuca, y se encajó la gorra para sujetarlas.
La humedad de los vegetales provocó que su cerebro empezara a recuperarse. Poco después alcanzaba al pelotón, que ahora marchaba a un ritmo más acorde al asfixiante día. Y decidió seguir a su ritmo, por delante de la carrera.
Nadie le hizo caso y comenzó a acumular una gran ventaja. Al primer paso por la meta de Albi, el locutor del Tour anunció que tenía trece minutos de ventaja. Pero De Groot no sabía frances y donde dijeron treize él entendió tres. Llevaba más de cien kilómetros de escapada y no podía dejar escapar la oportunidad. Se puso a pedalear como un poseso y completó sus 150 km de fuga con una ventaja de 20 minutos y 31 segundos. La diferencia más grande en una etapa del Tour (este récord empezó a computarse a partir de 1947), hasta que lo batió el italiano Pierino Baffi (21:48 en 1957) y luego el alcarreño José Luis Viejo (22:50 en 1975).
De Groot tuvo un triste final. Murió su esposa, cayó en una gran depresión y se suicidó un año después (1982).