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Crónica sentimental en rojo

Bill Shankly, eterno Mister del Liverpool, entró en el vestuario y, buscando cómo sacar partido hasta de la ropa, le tiró unos pantalones rojos a su futbolista Ron Yeats: "Te quedan bien, Ronnie, metes miedo". "¿Y por qué no vamos todo de rojo, señor?", insistió Yeats señalando unas medias coloradas. Así fue como el Liverpool, que combinaba el blanco con su camiseta roja desde el siglo XIX, confirmó su leyenda: 3-0 al Anderlecht en Copa de Europa. "Aquella noche parecíamos gigantes y jugamos como gigantes".

Spain is different. No eran buenos tiempos para la moda y tampoco para discutir de política, pero la noche del 10 de marzo de 1971 el Madrid quiso romper dos tabúes en uno y encomendarse al pirata Morgan, antiguo terror galés del Imperio español convertido en una marca de ron sobre la tribuna del estadio Ninian Park. Aquello tenía truco, porque televisores y diarios eran en blanco y negro y en España muy poca gente iba a saber que frente al Cardiff City (camiseta azul y pantalón blanco) el equipo blanco iba a vestir de rojo por primera vez. Pero ni rastro de gigantes, como en Eindhoven y Odessa después. Contra Franco vestíamos mejor, se reían algunos. Hasta que cuatro décadas después el Madrid recuperó el rojo revolucionario en Zagreb, y se rompió el maleficio.