Nunca ha sucedido algo similar
Jorge Lorenzo o Dani Pedrosa, uno de los dos, será el próximo campeón del mundo de MotoGP en 2010. Hemos tardado nueve años, desde que se instauraron los motores de cuatro tiempos en 2002, en coronar esta cumbre, la más alta, pero por fin vamos a ver este sueño hecho realidad. Lo cierto es que esta categoría nunca se nos ha dado muy bien, por no decir que bastante mal. En 50cc hemos ganado ocho mundiales; cuatro en 80cc; trece en 125cc y seis en 250cc, mientras que en 500cc sólo uno, el de Álex Crivillé y hace ya once años. Entre italianos (veinte títulos), británicos (diecisiete), americanos (quince) y australianos (siete) han ganado todos los mundiales disputados, excepto los conseguidos por Crivi (1999) y el rhodesiano Gary Hocking (1961).
Roger Montané (Norton) fue durante veinte años nuestro mejor piloto gracias a su cuarto puesto de Montjuïc en 1951. Veinte años después, en el circuito del Jarama, esta clasificación la igualó Benjamín Grau, un piloto excepcional al que, como a Víctor Palomo o Ramón Torras, nunca se le ha dado la verdadera importancia que ha tenido en nuestro motociclismo. Otras dos décadas más tarde, en 1991, Juan Garriga repetía el puesto en Jerez. En 1992, Crivillé conseguía nuestro primer podio (tercero en Malaisia) y la primera victoria (Assen). El título tardó siete años más. Como se puede ver, nuestro bagaje en la clase reina ha sido una travesía en el desierto que en nada se parece a lo que estamos viviendo esta temporada, así que disfrutemos al máximo de lo que hacen Lorenzo y Pedrosa.