La FIA actuó con cordura... pero hay que ir más allá

La FIA actuó con cordura... pero hay que ir más allá

No hubo escándalo. Afortunadamente. Decía ayer en este mismo espacio que me preocupaba que la FIA pudiera volver a sacar los pies del tiesto, como en los viejos tiempos de Mosley, sancionando de modo ejemplarizante a Ferrari. O lo que es peor, a dos pilotos que poco tenían que ver con el asunto (especialmente Massa, que en todo caso sería la víctima). Después de tenernos en vilo durante varias semanas (incluyendo algunas filtraciones malintencionadas y sin sentido), los sesudos dirigentes del automovilismo internacional concluyeron ayer lo que todos sabíamos: que Ferrari ya había sido sancionada por las órdenes de equipo en Alemania y que el asunto estaba zanjado. Eso sí, permanecerán atentos a lo que ocurra. Como si hasta ahora no hubieran tenido que hacerlo...

Lo que me gustaría es que todo este lío inoportuno y ridículo sirviera para algo más que levantar semejante polvareda. Insisto en que lo ocurrido en Hockenheim y cómo ocurrió fue simplemente vergonzoso, y responsabilidad de la FIA es evitar que vuelva a repetirse algo así. A nadie se le escapa que es necesario legislar convenientemente las estrategias de equipo, porque continuarán existiendo en defensa de sus legítimos intereses. Lo importante sería saber qué se puede hacer y qué no, cómo las escuderías pueden velar por su proyecto sin atentar contra el espíritu de la competición, dónde está el límite entre lo lícito y lo que no lo es... Todo lo que no sea aclarar tales incertidumbres será alimentar nuevos conflictos.