Han vuelto los domingos apoteósicos. Ya los teníamos casi olvidados. Aquellos donde coincidían los triunfos de Alonso con los de Nadal. El último fue el 22 de julio de 2007, cuando Alonso ganó en Nurburgring y Nadal, en Stuttgart. Ahora Alonso ha vuelto y a Nadal se le espera. Mientras llega, Contador ocupa su lugar. Ojo con Contador. Manda continuos avisos de que tiene un sitio junto a Alonso, Nadal y Gasol. Ha ganado de forma consecutiva las últimas cuatro grandes vueltas en las que ha participado y este año lo ha comenzado a lo Merckx: ganando todas las carreras. Pues cruzaba la meta Alonso en Bahrein y al mismo tiempo lo hacía Contador en Niza. La Fórmula 1 y el ciclismo se rendían ante los campeones españoles.

En esos mismos instantes, una atleta española, de Tarragona, corría en Doha, apenas a 150 kilómetros de Bahrein. Lo hacía en la final de los 1.500 metros de los Mundiales de atletismo en pista cubierta. Necesitaba el triunfo tanto como Alonso tras la tremenda decepción del año pasado cuando fue descalificada tras ganar en los Mundiales al aire libre. Esta vez no ganó, pero casi. Y diez minutos después, otro español, Sergio Sánchez, éste de Ciñera de Gordón (León), también era subcampeón de 3.000 metros haciendo frente a seis atletas africanos más tres nacionalizados por otros países. En 25 minutos, cuatro españoles subieron a los podios más prestigiosos del domingo. Una gozada. Los domingos de gloria han vuelto.