Dos deportes entrarán en el calendario de los Juegos de 2016: golf y rugby. Bienvenido su regreso. Ambos ya fueron olímpicos a comienzos del siglo pasado. Desaparecieron del programa de los Juegos, como también lo hicieron la pelota, el cricket, la motonáutica o el polo. La II Guerra Mundial significó un antes y un después en la expansión de los deportes y el COI se fue adaptando a los nuevos tiempos. Ahora recupera el golf, que es uno de los deportes más practicados del mundo, y recupera el rugby pero en su versión reducida. El rugby clásico, el de quince jugadores, necesitaría un mes de competición; su exigencia no permite jugar seis partidos en 18 días, como sí hace el fútbol, y menos aún ocho encuentros en 16 días como hacen el resto de deportes.

El golf y el rugby sustituyen al béisbol y al softball (versión femenina del béisbol), porque para que entren unos deportes tienen que salir otros dada la saturación del calendario olímpico. Sorprende, en cambio, que el pentatlón moderno se mantenga pese a que se trata de un deporte en extinción al combinar hípica, atletismo, natación, esgrima y tiro. Ciertamente será el deporte 10, practicado años atrás por militares y aristócratas, pero actualmente apenas tiene afiliados. El COI, sin embargo, lo mantiene. No me cabe duda de que es por respeto a Samaranch. Hizo a su hijo vicepresidente de la Federación Internacional para que entrara en el COI y si ahora desaparece este deporte qué disgusto le darían. Así es como funciona el COI.