Bolt y Gay, ¿quién ganará en Berlín?

¿Quién ganará los 100 metros el día 16 de agosto en los Mundiales de Berlín? ¿Usain Bolt? ¿Tyson Gay? Es la pregunta de todas las preguntas, la pregunta del millón, la madre de todas las preguntas, una pregunta que sólo tendrá respuesta ese día 16. Yo no hago apuestas, pero apostaría (valga la contradicción) a que casi todo el mundo se inclina por Bolt. Es lógico. ¿Quién podría sustraerse a la magia de los 9.69 y, sobre todo, a cómo se hicieron? ¿Recuerdan? Dejándose ir, mirando a la grada, como un torero que ignorase a los miuras que vienen por detrás...

Pero me van a permitir en este primer blog de Carros de Fuego que haga de abogado del diablo aunque quiero dejar claro que este abogado luciferino admira profundamente al jamaicano, que me parece el velocista prototípico del siglo XXI: alto, pero rápido; fuerte, pero estilizado; capaz de batir un récord y de dar espectáculo...

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Veamos cuáles son mis alegaciones, que son escasas, claro, porque ante semejante atleta no caben muchas abogacías diablescas. La primera: ganó en ausencia de Tyson Gay, el campeón mundial de la edición anterior, y su verdugo en Osaka 2007. El estadounidense se lesionó en esta prueba en los Trials y no llegó recuperado a Pekín. Esos 200 metros no pudo correlos, porque no se clasificó entre los tres mejores de las pruebas de selección estadounidenses, y en los 100 llegó a las semifinales de los Mundiales y ahí se quedó. ¿Que Bolt hubiera ganado de todas formas con Gay en la pista? Es más que posible, es casi seguro, pero lo cierto es que no lo sabremos nunca. Segunda alegación del abogado del diablo: hizo 9.69 dejándose ir... Cierto, pero personas que saben de biomecánica me dicen que su impulso era tal que no perdió mucho en esos metros de relajación, que su marca huibiera sido algo mejor, pero no espectacularmente mejor... Ya sé que es difícil de comprender. ¿Quién ganará en Berlín, Bolt o Gay? Ya sé que ustedes apostarán por Bolt. Yo no apuesto nada más a la Primitiva. Y no me toca.

Y, a todo esto, ¿qué pasa con Asafa Powell? Pues que no hay ningún atleta en la historia con sus marcas que tenga menos crédito que él en la alta competición. Espléndido en los mítines, pero secundario en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales. Este año, ni siquiera parece magnífico en los mítines.

De lo que no cabe duda es que esta será la Carrera del Siglo XXI)en los 100 metros. Para encontrar una rivalidad semejante hay que retroceder a la época en que el canadiense de origen jamaicano Ben Johnson y el estadounidense Carl Lewis se peleaban casi a puñetazos por el trono de la velocidad. Existía entre ellos una rivalidad personal que no tiene lugar hoy entre Bolt y Gay, lo que le daba un morbo aún mayor. Se vieron las caras en los Mundiales de Roma 1987 y ganó Big Ben, y se repitió el duelo en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, y volvió a ganar Johnson. Luego se descubrió que se dopaba con estanozolol, un analbolizante que debía tomar a cubos, y fue sancionado y estigmatizado. Perdió sus récords, como no podía ser menos, pero ahí están las plusmarcas de la RDA, en lo más alto de las listas, cuando se sabe que sus atletas tomaban varias veces más sustancias prohibidas que Johnson. Así son las cosas.

No puedo resistirme a deshacer un entuerto respecto a Yelena Isinbayeva (Elena Isinbaeva, según su página de internet), aunque no tengo vocación de desfacedor de entuertos, ni de Don Quijote, ni de corrector de errores, que yo también los tengo, seguro, y doy las gracias al que me los haga notar. Pero es que el caso de Isinbayeva me llega al alma, porque he dedicado muchas horas, durante muchos años a analizar sus marcas. Tras perder la rusa en Londres frente a la polaca Anna Rogowska, alguien publicó que era su primera derrota en seis temporadas. Y a ese error se unió un ejército de seguidores, sin comprobar nada. Yelena perdió la última vez el 20 de febrero de 2008 (¡2008, no hace seis años!) en Bydgoszcz: saltó 4,61 y empató en la segunda plaza con la también polaca Monika Pyrek, pero fue primera la rusa Svetlana Feofanova (se llevan fatal), con 10 centímetros más. Era pista cubierta. Al aire libre su última derrota fue el 30 de agosto de 2006, en Estocolmo. Empató en 4,62 con Pyrek, pero fue segunda. Y no hace seis años de eso, evidentemente.

Y aquí se acaba este primer blog llamado Carros de Fuego. En los tiempos que refleja la película de Hugh Hudson, adornada magistralmente con la música de Vangelis, los spirnters salían a la pista, de tierra, con espátulas de albañil para hacer agujeros en el suelo donde colocar los pies en la salida, y corrían en calles separadas con cordeles, y tenían prohibido asesorarse con entrenadores profesionales... Pero esa es otra historia, como decía el tabernero bigotudo de Irma la Dulce. Por cierto, ¡que buena película de atletismo (desternillante, claro) hubiera hecho Willy Wilder!