Un diablo para el Betis de Chaparro
Un vuelco a la situación, un giro inesperado era lo que necesitaba esta afición para volver a creer en un Betis mejor. En pocos días, el club verdiblanco es capaz de cerrar la contratación de tres jugadores sonados y que ilusionan a cualquiera. "Así sí Lopera", le dicen los aficionados más escépticos. Nery Castillo, Nelson, Pranjic o Monzón (valen los dos y mucho)... Sin duda ya estamos hablando de otra cosa, son sinónimos de velocidad, de pegada, de peligro. Del que más se espera es de Nery, gloria en su país, de ritmo endiablado y con la extramotivación de resarcirse tras un año perjudicado. Ucrania no es fútbol ni lugar adecuados para su juego, y en Manchester una incómoda lesión en el hombro apenas le permitió jugar cuatro partidos.
Ahora el 'Diablo' llega a un sitio necesitado precisamente de eso, de alguien que caliente la grada del Ruiz de Lopera y que le dé al equipo un punto más de agresividad, de peligro, de electricidad, de maldad. En Méjico le endiosaron tras un gol antológico a Brasil en la Copa América, en Grecia conocieron su mejor versión (12 goles en 25 partidos con Olympiakos) y en Uruguay también intentaron que jugara con la Selección con apenas 17 años. De repente, casi sin comerlo ni beberlo, en el Betis pueden disfrutar de este delantero de repercusión estratosférica en su país. 'Mejicano, a huevo', dijo el día después de marcar a Brasil mientras conducía un barco. Así gustan en este club y en esta afición: futbolistas con sangre. Y si es de diablo, mejor.