Llegan noticias frescas de Cassano. El ex madridista ya no es el gamberro que arrojaba vinagre sobre la cabeza de los demás, sino que según dijo ayer Cannavaro sin poder disimular su enorme satisfacción "en líneas generales se está comportando bastante bien". También confirmó que "la forma de Antonio es buena, y está más delgado que en Madrid". No cabe duda de que Buffon está haciendo un gran trabajo con Talentino, que le tiene de compañero de habitación, de mesa y de autobús. Según contó el portero azzurro en su blog, "ha comprendido que debe contar hasta cinco antes de hablar".

Pero con Cassano hay que estar siempre atento, porque a la mínima salta la liebre. Como sucedió la madrugada del miércoles en el vuelo de vuelta de la squadra azzurra desde Zúrich a Viena tras la victoria contra Francia. Cassano montó una fiesta en el avión en un pis-pas. Se puso a cantar una vieja canción napolitana O Sarracino, el himno extraoficial de los jugadores de la selección, bailó e hizo bailar a sus compañeros y animó bien el cotarro durante la hora escasa que duró el trayecto. Ayer se entrenó con intensidad, luego se quedó descalzo sobre el césped, se quitó la camiseta, se recogió el pantalón y se puso a arreglarse las uñas al sol. Es un figura.