Lo de Italia es preocupante. Para ellos, para Francia...y para los españoles. Librarnos del cruce de cuartos contra la azzurra habría sido como soltar un yunque. Pero Mutu falló ante Buffon y ahí siguen, con su flor. Qué digo con su flor, con su clavel reventón. Porque esta vez han estado a punto-pelota de la eliminación y sin embargo ahí están: dando guerra. Para ellos ha sido un milagro. La de Buffon sí que es la mano de Dios.

Ojo que Italia es especialista en venirse arriba al final. Encima, se sienten maltratados por los árbitros y con derecho. Van a presionar mucho con los arbitrajes, para perjuicio de sus rivales. Y ojo, porque otra vez están de suerte. Cómo será que hacía siete años que Mutu no fallaba un penalti. Hasta la tarde de Zúrich era el lanzador infalible de Rumanía. Pero antes de tirar tuvo un mal presagio. Recordó otro penalti que Buffon le paró cuando jugaba en el Verona.

Italia ha pasado de estar a once metros de la eliminación a tener los cuartos a tiro, incluso con el empate a cero ante Francia. No han ganado un partido y todavía tienen opciones de clasificarse sin hacerlo, que manda narices. Fieles a su estilo empezaron mal y siguieron peor, pese a lo cual aún no están eliminados. Cuidadín, porque lo peor de los resucitados es que tienden a sentirse inmortales.