Mundial 2018 para España y Portugal

Ronda por ahí la idea de organizar conjuntamente el Mundial 2018 entre España y Portugal. Es una oportunidad que se nos brindó ya para la Eurocopa 2004, que nuestros amigos portugueses ofrecieron organizar a medias. Pero Villar, que entonces estaba muy crecido (y lo sigue estando) desa-consejó al gobierno de Aznar aceptar el ofrecimiento, desde la seguridad de que aspirando en solitario ganaríamos. Fuimos en solitario, litigamos contra Portugal... y perdimos. Fue la Eurocopa que ganó Grecia, aquella del regreso en plan ejército de Pancho Villa, cada uno por su lado y vestido a su manera.

Yo ahora aprovecharía la ocasión. Portugueses y españoles estamos cerca, somos un poco lo mismo, la Historia nos ha modelado con los mismos martillo y cincel: romanización, cristianización, dominación árabe, reconquista, aventura oceánica (ellos por un lado, nosotros por el otro), glorias coloniales mal administradas, ruina y desencanto, dictadura, democracia por fin... Hace tiempo que nos miramos con desconfianza, o con indiferencia, y no hay por qué. El fútbol debe servir justamente para eliminar esas barreras que el tiempo crea y que es bueno superar cuando llega la ocasión.

No es seguro que yendo juntos nos den el Mundial, pero es más fácil que por separado, según supimos con la Eurocopa 2004. A la FIFA y a la UEFA les van gustando estas cosas, según vemos en los últimos tiempos, en los que están siendo frecuentes los campeonatos coorganizados. Bélgica-Holanda (Euro 2000), Corea-Japón (Mundial 2002), Austria-Suiza (Euro-2008, la inmediata) Polonia-Ucrania (Euro-2012, concedida)... A quien corresponda: merece la pena apostar por esto. Aparquemos orgullos atávicos, desconfianzas mutuas y personalismos estériles. Esta propuesta no tiene más que ventajas.