Una plantilla corta y poco compensada

Tras la tradicional derrota ante el eterno rival y el deplorable partido copero ante el Valencia se han encendido y, con razón, todas las alarmas. La plantilla es demasiado corta para afrontar al máximo nivel las tres competiciones y, lo que es peor, está profundamente desequilibrada. No es una reflexión oportunista que hagamos ahora, lo venimos diciendo hace tiempo. El equipo está donde está gracias a su extraordinario potencial ofensivo. Una delantera de auténtico lujo, de la que se habría podido sacar mucho más provecho con un centro del campo de mayor capacidad para controlar la pelota y, por ende, al rival y dotado de más de luces para crear juego.

Sabiendo que Motta no está aún a su mejor nivel, ha sido un error descomunal dejar ir a Maniche sin tener un relevo amarrado. En cuanto a la defensa, a pesar de su ligera mejoría, continúa sin tener la consistencia que necesita un equipo con nuestras aspiraciones. También hace tiempo que venimos diciendo que es inevitable reestructurarla, porque son ya demasiadas las derrotas que nos ha costado. Queda poco para que acabe el mes y urge hacer el sacrificio que sea en los despachos, para apuntalar los objetivos de los que podemos alejarnos en cuestión de muy pocas semanas.