Otro pasito adelante de Llull

Otro pasito adelante de Llull

Llull se comió ayer un marrón. Fue en el último cuarto. El Estudiantes se acercaba y el Madrid andaba con lo justito. Sin Reyes ni Hamilton, lesionados; sin Bullock, a quien le habían puesto un dedo al rev con Pelekanos como si no estuviese; con Raúl López con cuatro faltas; con Smith lanzando pedradas. Entonces Plaza le da el mando a Llull. Una cosa es dirigir al equipo frente a los Raptors, con la gente enchufada y, sobre todo, sin trascendencia en el resultado, y otra bien distinta es salir frente al rival por excelencia achuchando y sin tener en la cancha a los compañeros que acostumbran a tirar del carro. Pues Llull salió airoso del trance. No jugó con la brillantez mostrada ante todo un NBA, pero sí mostró solvencia, criterio y eficacia.

Sobre todo eficacia. Cuando a todos les temblaban las manos, suyo fue el triple que puso de nuevo la diferencia en diez puntos. Una vez más, Llull no pasó desapercibido. Plaza, poco después, le sustituyó por López. Hizo bien. La máxima responsabilidad, en pequeñas dosis. Llull es un talento que debe crecer en positivo. Había salido en un momento delicado, había resuelto la situación y a esperar otra oportunidad, no fuera que una derrota cayera sobre sus espaldas. Y bien amarga que hubiera sido, porque después de anotar 32 puntos el Madrid en el primer cuarto... Como los que hizo Memphis al Estudiantes, con la diferencia de que al ser cuarto tipo NBA duró dos minutos más. Gracias a ese derroche, el Madrid resistió. Y a Llull.