Europa, Raúl, Villa, el gol y la Selección

Dos victorias estupendas, y dos empates también estupendos. Me explico: Madrid y Valencia ganaron a sus oponentes alemanes, y en ambos casos el otro partido del grupo acabó en empate, así que eso les permite arrancar como líderes en solitario, con un colchoncito de dos puntos de salida sobre el siguiente. En fútbol lo ideal es ganar uno y que todos los demás empaten, para que por ahí se pierdan puntos. Así que jornada redonda, que sería ideal repetir hoy con el Barça, que recibe al Olympique Lyonnais (el Lyon para los amigos) y el Sevilla, en su lujosa visita al Fly Emirates Stadium del Arsenal.

En el Bernabéu, Raúl abrió la lata y luego le dio el otro gol a Van Nistelrooy. Él mismo estuvo a punto de repetir, con una vaselina que salvó Wiese. Me admira la insistencia de Raúl, que con todo ganado en el campo de juego y una fortuna que puede resolver hasta la vida de sus nietos, sigue, sigue, sigue y sigue. Ahora se le ha metido en la cabeza volver a la Selección. Y va anotando goles en su cartilla, para ver si ablanda el corazón de Luis. Pasan los años, pasan los galácticos, se renueva la plantilla, aparecen caras nuevas, pero él sigue ahí. Convenciendo a los escépticos, entre los que me conté. Mea culpa.

Y Villa aprieta, en consecuencia. Villa hizo el gol del Valencia en Gelsenkirschen, reividicando su nombre de gran delantero, un poco en entredicho últimamente. No estábamos viendo al Villa que conocíamos, sino una fotocopia borrosa. El Villa eléctrico, matador, resolutivo, que apartó a Raúl de la Selección es un jugador que necesitan el Valencia y España. Su regreso, que se apunta, será una gran noticia para todos. Villa, como Raúl, es el gol que viene de atrás, el delantero que no percute, sino que se filtra y te mete la puñalada de pícaro. Ayer lo hizo. Tres puntos y paz para el Valencia. Espero.