Marzorati no se fiaba; hacía bien

Marzorati no se fiaba; hacía bien

Basta que uno empiece a dibujar previas, a inventar reportajes, para que el resultado de un partido nos obligue a hacer borrón y cuenta nueva. Y a empezar el periódico del día casi desde cero. Habíamos hablado de lo mal que jugaba Alemania, de que los de Bauermann eran Nowitzki y cuatro más, así que era lógico que el destino nos jugara una mala pasada. También se la jugó a Llorente, quien -como muchos de nosotros- pensaba en un duelo italo español en cuartos. "¿Cuándo vuelves a Italia?", preguntó a Marzorati, premiado en el FIBA Hall of Fame de Alcobendas. "Me voy mañana", contestaba Pierluigi. "¡Pero si mañana tenemos un Italia-España!", decía Joe frotándose las manos. "No estoy tan seguro, hay que ganar a Alemania", contestó el ex del Cantú.

Eso es lo que no sucedió. Italia cayó y Alemania nos corresponde en suerte en estos cuartos de final. No voy a hablar del duelo Nowitzki-Gasol porque es la moneda común del partido. El morbo, en definitiva. Sólo diré que en el momento en que los de Pepu se obsesionen con un jugador, estarán perdidos. Es Alemania la que debe vigilar no a un jugador sino a doce. Y sería especialmente gratificante que mañana tituláramos con un Sergio, un Marc o un Cabezas como héroes del jueves. Toco madera.