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S. O. S, se muere MotoGP

MotoGP se había diferenciado hasta 2007 de la Fórmula 1 por ser una competición imprevisible y emocionante, en la que la valentía de sus pilotos y la espectacularidad de las imágenes nos tenía enganchados al televisor como posesos. Era imposible adivinar quién frenaba más tarde o quién salía primero de la curva, y aunque constantemente ganaba Valentino Rossi, siempre surgía algún rival que le ponía las cosas difíciles, caso de Max Biaggi, Loris Capirossi, Alex Barros o Sete Gibernau. Pero este guerrear se ha volatilizado en la actual temporada.

No quiero quitar méritos al tripartito Stoner-Ducati-Brigdestone, pero algo falla. Dennis Noyes da un dato en su columna de 'Motociclismo' que resume muy bien lo que está sucediendo: en las doce primeras carreras de las últimas diez temporadas el promedio de ventaja del ganador sobre el segundo era de tan solo 2.764 segundos por los 6.140 de la actual. Es decir, que Casey Stoner y su Ducati voladora, además de arrancar los adhesivos a sus rivales en las rectas, casi triplica su diferencia con el segundo cuando entra en meta. O lo que es lo mismo, ¡vaya tostón!

No sé si tiene la culpa Dorna, la FIM, las cuatro tiempos, la reducción de cilindrada, el litrito menos de gasolina, la nueva normativa sobre neumáticos, los pilotos viejos y otros que no lo son (menos mal que llegan Toseland, Lorenzo, De Angelis y Dovizioso), la marcha de los patrocinios de alcohol y tabaco o el terremoto del otro día, ni idea. Pero a quién corresponda, que se entere que la emoción está ahora en los pocos queridos (por Dorna) 125cc, y no en los cracks de MotoGP, situación que me parece infumable.