Confianza en su gran polivalencia
Era uno de los grandes retos en la dirección deportiva del Real Murcia, hacerse con un futbolista de las características de Álvaro Mejía y conseguirlo para sentar las bases de un proyecto sólido y tanto de presente como de futuro. Por lo que estoy observando, en la casa grana no vale eso de lograr la permanencia a secas y ya está, para nada. Aquí lo que se está tratando de hacer, porque puede salir bien o mal aunque las intenciones y las bases que se están sentando son las recomendables, es pensar en consolidar un proyecto de larga duración para que el equipo se consolide en la máxima categoría. El perfil de Álvaro Mejía concuerda perfectamente con esta filosofía, ya que se trata de un chico joven, con proyección y que aún no ha tocado techo. El Real Madrid sabe lo que se hace al guardarse en la manga una opción de recompra, y no sería la primera vez que tiene que repescar a una de sus promesas hechas realidad.
La apuesta grana por el jugador es fuerte, pero soy de los que piensan que lo merece y no sólo por su polivalencia en el terreno de juego, sino también porque no viene endiosado, sino con la idea de trabajar para ganarse el puesto y de servir a un entidad casi centenaria. Lo que más me llamó la atención en su presentación fue cuando se ruborizó al recibir el aplauso de los aficionados que había en la grada. Algunos podían pensar que se había sonrojado por el tremendo calor que hacía, pero no, el chico estaba como cuando te compras unos zapatos nuevos, ilusionado.