Que no se atragante este final

No está de más templar gaitas y conjurarse de cara al sprint final. La situación no es grave. Ni nuestra posición en la tabla ni las últimas declaraciones altisonantes de Javier Aguirre y del díscolo Maniche justifican que se hable de crisis. Lo que hizo El Vasco al denunciar la falta de compromiso sólo fue sincerarse. Lo del luso, que donde debería hablar es en el campo, no pasa de anécdota. Ni tiene categoría para aconsejar a una afición ejemplar ni cuenta la opinión de alguien sin futuro en esta entidad.

Anécdotas aparte, bienvenidas sean todas las iniciativas que sirvan para propiciar el mejor clima posible ante el momento decisivo del campeonato. Y mucho más si tenemos en cuenta los desastrosos tramos finales de la Liga que hemos realizado en los últimos años. Y es que ha sido en esta fase del campeonato cuando hemos arruinado todas nuestras posibilidades. En esta ocasión todo tiene que ser distinto. A trancas y barrancas estamos en puestos de UEFA, a pesar de no contar con el auténtico pulmón de equipo, que no es otro que Maxi. Con el argentino, más las altas de Petrov y De las Cuevas, las opciones de jugar la Champions la próxima temporada son evidentes. Es la hora del empujón final. De estar o no en Europa depende el futuro inmediato de esta entidad.