Si lo dice Juande, por algo será
La liguilla de grupos de la UEFA ha dejado una profunda sensación de paradoja. La incongruencia reside en que es una competición en la que se premia mejor quedar tercero de grupo que segundo. No en vano, los rivales más fuertes, a priori los que vienen de la Champions, no juegan contra los peores clasificados, sino contra los que han quedado por encima suyo. Lo explicó con acierto Juande transcurridas un par de jornadas y es ahora, con el sorteo a la vista, cuando se palpa. El mejor ejemplo es el de Celta, Sevilla y Osasuna, que han luchado hasta la última jornada para evitar ser segundos. De sus últimos resultados dependió su clasificación y ahora se encuentran con que pueden verse frente a frente con Werder Bremen o Benfica en vez de ante Panathinaikos o Blackburn, algo que sí hubiese ocurrido siendo terceros. Y pudo ser peor. ¿Imaginan que desde la Champions recalasen Barça, Chelsea o Inter? Sería un regalo económico, sí, pero deportivamente no haría ninguna gracia. A que no.