Villar no sabe ni quién es Maxi
Es tan vergonzoso que lo escribes y no te lo crees. La Federación Española sabía perfectamente que la Nueva Condomina no estaba en condiciones. Es evidente que Villar y cía no tienen la sagacidad de Sherlock Holmes, ni siquiera la del inspector Closeau, pero las señales eran tan claras que las habría visto un topo. Siempre, siempre, ¡¡¡siempre!!! que se pone un césped nuevo éste se levanta durante un tiempo. Por si vienen de otro planeta con leyes de la naturaleza diferentes, los cerebros privilegiados de esta nuestra Federación ya vivieron una experiencia calcada en el estreno del Nuevo Colombino. Y por si necesitaban más pistas, el Murcia no pensaba jugar en su reluciente estadio hasta dentro de tres semanas (ahora lo ha retrasado aún más). Algo sabría, ¿no? Y de propina Luis suspendió el entrenamiento de la previa y Basile tampoco quería jugar. ¿Alguien se traga que Villar no conocía los riesgos?
Claro que los conocía y eso es lo espeluznante. Porque la ignorancia tiene disculpa, pero la irresponsabilidad premeditada no. Lo único que no sabía Villar es quién es Maxi. Ni Villa ni Agüero ni Iniesta ni Messi. Para él sólo son mercancía, los que le importan son Samper, Santa Mónica, Grondona y sus rusos, los euros, los votos y los favores. Maxi no es más que una víctima colateral de ese pestilente mundo en que se mueve. Y hoy, mientras el Atleti sufre al ver cómo su millonario proyecto, con el que tanto se juega, se tambalea por la incompetencia ajena, Villar y los suyos duermen a pierna suelta con otra muesca más en su sucio revólver.