Final ante Grecia. Los griegos eliminaron a Estados Unidos, cuyos jugadores son uno a uno infinitamente mejores. Tal es así, que ningún jugador de la selección griega milita en la NBA. Pues aún así les ganaron. Y bien ganados. La táctica hace posible estas cosas. La táctica se inventó para contrarrestar la superioridad del contrario; su buena ejecución permite a un equipo inferior sorprender a otro superior y derrotarle. Los griegos, alumnos aventajados de la escuela italiana, son ahora maestros en este tipo de planteamientos. Con una buena táctica ganaron el año pasado contra pronóstico el Europeo y se han plantado en la final del Mundial. Metieron 101 puntos a Estados Unidos y LeBron James sólo anotó 17 en 30 minutos.

Las tácticas ahogan a los buenos jugadores. Nosotros mismos dejamos en cero puntos a Macijauskas. También las hemos sufrido, que Garbajosa ante Lituania y Navarro ante Argentina acabaron con cuatro puntos. La complejidad de las defensas son apreciadas por el entendido y pasan desapercibidas para el aficionado. Lo normal es tener sólo ojos para el ataque; el jugador que tiene el balón es quien acierta o falla, sin observar que el error es provocado muchas veces por una buena defensa. Es de esperar que hoy nos espere una final extremadamente táctica. Mas permítanme ser optimista y hacer un planteamiento más simple: enfrente sólo tendremos a un jugador que el Madrid echó por su apatía y a un gordito. Imposible perder.