Pues ahí estamos. En los octavos de final del Mundobasket, donde nos presentamos con sobresaliente. Cinco partidos, cinco victorias, como los grandes. Con una diferencia media de 28 puntos, que han convertido a España en la selección con mejor defensa y en la segunda con mejor ataque. Consecuencia: basket-average récord. Puede ser cierto que nuestro grupo fuera facilón, pero el juego de la Selección lo hizo más fácil todavía. Equipos de nuestro nivel también afrontaron partidos ante rivales muy inferiores y al final se les complicaron seriamente. Como Francia ante Líbano, como Alemania ante Angola o Italia ante Puerto Rico. España ha deslumbrado en esta primera fase. Ha presentado, sencillamente, su candidatura al título.

También es cierto que a la hora de la verdad ninguna selección europea ha quedado eliminada y que ahora comienza la auténtica etapa reina con cuatro colosos por delante que conducen a la victoria. Ya no se permite un solo desfallecimiento. Quien no supere el primer puerto se va a la calle. El primero para nosotros se llama Serbia; los siguientes se desconocen, pero todo apunta a que sean Italia y Argentina; para el final quedaría Estados Unidos. Todo esto es sobre el papel. Pero es el papel que Pepu llevó escrito a Japón y que se está cumpliendo al pie de la letra. Escritas estaban las rotaciones y las victorias. Ha logrado llevar toda esta teoría a la práctica. De ahí el sobresaliente. Ahora, a por la matrícula.