La Sexta se pasa de ventanita

La Sexta se pasa de ventanita

Era un partido que requería de mucha afición para ver en directo. Pero donde esté el directo que se quite el diferido. Además, qué caramba, ¿no nos está entusiasmando la Selección? Pues en pie con ella a las seis de la mañana. Lo que no podía imaginar era que me esperase un último cuarto insufrible. ¡A punto estuve de mandar a hacer gárgaras el partido! No porque apretase Angola, que siendo algo cierto, mi fe en esta Selección no tiene límites, sino porque ahí no veía nada. La imagen del partido, con diez jugadores ocupando medio campo, se había reducido al 55% de la pantalla; el 15% era para una de las cámaras con las que La Sexta personaliza el encuentro, y el 30% restante para un fondo negro que despedía flashes grisáceos.

El sistema de la ventanita personalizada ya lo venía empleando La Sexta desde que comenzó el Mundobasket, que está muy bien cuando ocurre algo, pero si no pasa nada, y además se abusa, el resultado es un desastre. Entre que era difícil apreciar dónde estaba el balón y el marcador se veía en miniatura, saber el resultado era complicado, máxime cuando a tales horas la urbanidad obliga a mantener bajo el volumen. Personalizar la imagen está muy bien si añade información, pero no para ver a Pepu sin hacer nada de particular o las espaldas de los jugadores en el banquillo, como sucedió en el primer cuarto. La Sexta, por el abuso de ayer, se comportó como los nuevos ricos, queriendo mostrar cuanto tiene aunque no viniera a cuento.