Fiesta en Mos por el segundo puesto de Pereiro, alegría en El Barraco por la ilusión despertada por Sastre, Farmersville lo mismo comienza a aparecer en las guías turísticas, pues si antes de que Landis ganara el Tour una pancarta decía "éste es el pueblo de Floyd", ahora que lo ha ganado... En Alemania celebran la presencia de Klöden en el podio demostrando que cualquier día toma el relevo a Ullrich, en Australia tienen motivos para estar contentos con Evans, en Rusia con Menchov, Francia ni te digo con dos de sus corredores entre los diez primeros. ¡Qué bien les ha venido a todos las eliminaciones de Basso, Ullrich, Mancebo y Vinokourov, unidas a la retirada de Armstrong! Las ausencias han permitido que subiera el escalafón.

En el pelotón hay una serie de corredores que suelen alternar posiciones entre los diez primeros. Son los Landis (noveno el año pasado), Pereiro (décimo), Evans (octavo), Klöden (retirado cuando luchaba por el podio) o Sastre (quinto en 2004). Si en el Tour no participan los cinco primeros del año anterior, el sexto (Leipheimer) se hunde con un pajarón y el séptimo (Rasmussen) lucha por la montaña en vez de por la general, el escalafón tiene que subir necesariamente y los capitanes alcanzar el rango de coroneles. Ha sido una gran carrera, pero sin mando en plaza; lo más probable es que si se repitiera el Tour el resultado no fuera el mismo. Pero nos hemos divertido. Y si encima los directores se dedican a meter la pata y les confunden...