Rossi intenta salir hoy con una muñeca rota. La heroicidad de estos pilotos no tiene límites. Fuera de la competición, cuando celebran sus victorias o acuden de señuelo a fiestas de famoseo y coquetean con modelos, nos pueden parecer frívolos, pero sobre la moto merecen la mayor admiración. Aún recuerdo cuando a Fonsi Nieto le tuvieron que subir a hombros al sillín, porque tenía los dos tobillos rotos. O las tres carreras que Pedrosa corrió con el hombro fracturado sin decir nada para no dar pistas a los rivales. O el podio de Lorenzo trece días después de romperse la clavícula. Ahora a Rossi le toca afrontar una carrera en situación extrema. Es el más difícil todavía. Cualquier cosa antes que dejar a nadie el camino libre hacia el título.

En el fondo lo celebro. Decide Rossi operarse y ya puede decir adiós al Mundial. Entonces lo mismo lo gana Hayden, que es el líder. Nada tengo contra él, pero este año aún no ha ganado ninguna carrera. Sigue haciendo segundos y terceros puestos mientras Capirossi, Rossi, Melandri y Pedrosa alternan victorias con caídas, y los puntos le dan de sobra para ser campeón. Acostumbrados como estamos a ver epopeyas en las motos, que un campeón lo sea sin ganar una sola carrera, pues la verdad, el título quedaría un poco aguado. Así que me alegro que Rossi cometa esa barbaridad de correr con la muñeca rota. Yo creo que él también si la cosa acaba bien. Cuanto más difícil lo tiene, más se crece. Por intentarlo que no quede.