El Tour sigue haciendo limpia

El Tour sigue haciendo limpia

La inminente decisión del Tour de retirar su invitación al Comunitat Valenciana es difícil de tomar y, sobre todo, polémica. Sería la segunda vez que lo hace ante los escándalos que rodean a este equipo. La primera fue hace dos años, a raíz del caso Manzano, secundada por el Giro; la segunda, ahora, motivado por el caso Labarta. No hay que dudar de las intenciones que persigue el Tour. El Tour no titubeó, hace ocho años, en poner patas bajo su carrera. Registros, detenciones, plantes, espantadas, retiradas... El buque insignia del deporte francés se hundía a consecuencia del dopaje y los organizadores tomaron la decisión de sacarlo a flote incluso a costa de sacrificar a su corredor más carismático: Virenque.

Al Tour, desde entonces, no le tiembla el pulso. Un equipo cuyo segundo director es pillado in fraganti en una operación un tanto oscura y que la justicia aclarará en su momento, es motivo más que suficiente como para pensar que en el Comunitat Valenciana no hay transparencia. Si esta es la impresión generalizada, la del Tour no lo es menos. Es su derecho, y también su responsabilidad, invitar a los equipos que quiera. Caso aparte es el ex Liberty. El Tour lo tiene que admitir como equipo UCI ProTour que es. Corresponde a la UCI tomar la decisión final. Saiz fue uno de los caudillos para crear esta asociación de élite, pero ahora su implicación en la Operación Puerto supone una traición al código ético que inspiró la UCI ProTour.