La mitad de la afición se fue y la otra mitad se quedó en las gradas para mostrar su disgusto contra el baloncesto madridista, tras quedar el equipo al borde de la eliminación. Fue una derrota que no dejó indiferente a nadie. Por la paliza, segunda consecutiva; porque está en juego la próxima Euroliga; porque el equipo ha quedado en manos de jugadores salidos de la nada. El único responsable de este desaguisado es Maljkovic, igual que lo fue hace un año del éxito por el título de Liga. Un equipo que a estas alturas suma 32 victorias y 30 derrotas es un telonero, un simple animador de las competiciones, que podrá dar la sorpresa en un partido determinado, pero que al final le darán una patada para apartarle del camino, porque molesta.

Digo que Maljkovic es el responsable, porque él es quien hace los fichajes y da las altas y las bajas. Comenzó la temporada fichando a González y García sólo para cubrir el cupo de españoles. En vez de dos jugadores buenos prefirió dos malos para que no jugasen. Así su guardia pretoriana, con Rakocevic con mando en plaza, podía lucirse más. El resultado fue aburrir a los pivots y, sobre todo, a Bullock. Después vinieron fichajes extraños; ahora termina con la excentricidad de dar de alta a Sinanovic ¡para no hacerle jugar! Qué extraña maldición persigue a los entrenadores del Madrid, que después de triunfar y ganar la Liga enloquecen. Le pasó a Scariolo y le pasa a Maljkovic. ¿Será porque en el club nadie quiere saber nada del baloncesto?