Hacia el ansiado final del 'villarato'

Tantos años con Villar en la Federación que ya nos pensamos que ninguna otra cosa es posible. Y sin embargo, parece que sí, que el otoño próximo veremos otra cara ahí. Muy probablemente, Javier Lozano, ese hombre orquesta que comparte las tareas de seleccionador del Fútbol Sala con las de director de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Villar se ha complotado con Blatter para asaltar la presidencia de la UEFA (Blatter y Johansson están a tiros desde tiempo inmemorial) y el Consejo está dispuesto a ayudarle. Cualquier cosa es buena con tal de que deje esa Federación, en la que está bloqueado, rehén de Padrón.

Villar se iría y convocaría elecciones para después del verano... si encuentra garantías de que iba a quedar un hombre de su gusto. Y ese hombre es Lozano, que lleva tiempo aglutinando en torno a sí bastantes voluntades sanas dentro de la Federación, que aún quedan. Es, por así decirlo, ariete de un frente antipadrón, desde el convencimiento de que fueron los manejos de este lo que provocó toda la crisis institucional. Trabaja y tiene sus habilidades políticas, como lo prueba el hecho de que consiguiera difuminar las responsabilidades de la intoxicación del Atlético, espinoso asunto que hizo mucho ruido en su día pero acabó en el limbo.

Falta por ver cómo reacciona la Liga, que tuerce el gesto. La Liga tiene pensado un candidato propio, Mateo Alemany. Hay también un movimiento para presentar a Romeu, expresidente del Murcia, como cabeza de un cartel en el que también estarían Sandro Rosell y González Movilla. Y Gerardo González aún mantiene aspiraciones. Pero si Villar, con todo lo que tenía encima, consiguió ganar hace poco, más fácil será aún que lo haga Lozano, que gozará de los mismos apoyos y tiene menos contraindicaciones. Y dejando de lado lo que pueda molestar que Villar fije sucesor, la verdad es que lo que importa es que se vaya de una vez.