El Málaga ha madurado tanto en Primera en estos siete años que está a punto de caducar. Hace dos temporadas, Roldán anunció que su meta era una plantilla con más de la mitad de sus hombres de cantera. ¿De cuál? ¿De la brasileña? ¿Qué proyecto de cantera deja marchar a futbolistas del perfil de Juanito para buscarles un sustituto más caro al otro lado del charco? Un proyecto de ficción. Y Juan Rodríguez (22 años) también se irá, de igual forma que Nacho en cosa de un año. Porque el ideal del club hace tiempo que se deshizo: tarda en reconocer a sus valores y, cuando lo hace, racanea con su futuro. Y el desenlace es que acaba valorando más la renovación de futbolistas que superan la treintena, como premio a los servicios prestados, que la utilidad de sus frutos de cantera. Así se pierde la esperanza de vida. Y La Rosaleda se convierte en un geriátrico.

Hace años, tras muchos palos al agua, el Málaga dio con un plan de cantera real, sustentado en hombres que consolidaron al filial. Actualmente, ese proyecto se reparte por España. Es posible que la directiva ande escarmentada por renovar a algunos canteranos que se han quedado en el camino, pero para eso hay una secretaría técnica bien asalariada. Para saber quién vale y quién no. Para saber que Duda vale lo que pidió tras su gran año con Juande. No hay un Juvenil en División de Honor, el filial es colista y apenas aporta jugadores, y los valores reales de la base siguen de fuga. Qué bien nos venden la moto...