Vamos a contar mentiras...

Vamos a contar mentiras...

Hace unos días, cuando el Consejo Superior de Deportes publicaba la relación de deportistas de alto nivel, comentaba con Ángel Luis López, subdirector de alta competición, la dificultad de creernos que en España tengamos 126 nadadores de tal calibre. Más que en cualquier otro deporte. "Es que cuenta la Selección de waterpolo". De acuerdo, aunque el año pasado fuera precisamente el peor de la Selección con un sexto puesto en el Mundial. Descontamos a sus jugadores y aún nos salen más de un centenar de nadadores de élite. "También está el equipo de las chicas". ¡Pero si fueron undécimas en su Mundial!, pero vale también. Nos quedan ochenta. "Y las de sincronizada y saltos". ¡No serán más de veinte! ¿Y hasta sesenta que faltan?

Que si juveniles, que si ganaron medallas en los Juegos Mediterráneos... Pues entonces nos hacemos trampas en el solitario. Una cosa es sentir orgullo de nuestro deporte, que es verdad que cada día alcanza mayores cotas, y otra sobredimensionar las cifras con unos dudosos criterios para asegurar que tenemos 1.242 deportistas de alto nivel de los que 126 son nadadores. Algo falla por mucho que los evaluadores se agarren a la normativa de un Real Decreto. La distinción de alto nivel, con la que se consiguen beneficios fiscales y privilegios universitarios, merece tan elevado reconocimiento que no es justo meter a todo el mundo en el mismo saco. López me dijo que me lo contaría con detalle para explicárselo a ustedes. Sigo esperando.