El undécimo fichaje en un año y medio

Esta noche reaparece la Copa, ese Guadiana de nuestro fútbol que no se deja enterrar tan fácilmente. Reaparece en Zamora, donde al estallido de ilusión local responde el Barça con el desdén de una alineación decepcionante, y reaparece en San Mamés, en partido de resonancias clásicas. Noche bonita. Pero este regreso al fútbol de verdad queda un poco emborronado por la inminente llegada de Cassano, la estrella indócil del Roma, club al que la necesidad de hacer frente, ya o ya, al escamoteado pago por Mexes (sentencia FIFA mediante) ha llevado a malvender a su estrella. Es, por su precio, una oportunidad. Pero, ¿hace falta?

Es el fichaje número once en temporada y media. Apunten: Samuel, Woodgate y Owenen el verano anterior; (dos ya no están y el otro aún renquea); hace un año, Gravesen, el naturópata; este verano, Diogo, Pablo García, Baptista, Robinho y Sergio Ramos; hace nada y menos, Cicinho; ahora Cassano. Ningún zidane. Tampoco ha subido ningún nuevo pavón. Por ahora el único de los once que ha pitado sin discusión es Sergio Ramos. Después de tanto fichaje el equipo sigue siendo el mismo, más cargado de años, con el mismo problema de dibujo, con la eterna duda de si Guti sí o Guti no. Sólo ha cambiado en que se fue Figo.

Es hora de preguntarles a Butragueño y a Ramón Martínez si aquí hay algún plan. Hace un año sólo había un dos, Salgado, y cuando faltó hubo que remendar con un zurdo. Ahora a Salgado le respaldan Diogo, Cicinho, Miñambres (regresado del Espanyol, aunque lesionado) y aún quedaría el cartucho de Sergio. Para la media punta estaban Raúl, Guti y Zidane, y a esos se han sumado Baptista, Robinho y Cassano. Sólo hay un medio centro, y muy justito, Pablo García. Para la banda derecha, sólo Beckham, para la izquierda, nadie. ¿Quién, con qué criterio organiza esto? Espero que sea cierto eso de que Cassano es el primer enviado de Capello.