La repesca, la repera y la releñe

La repesca, la repera y la releñe

Las crónicas de la sección de Internacional en las últimas 48 horas son como para echarse a temblar. En orden cronológico están primero las historias de las repescas. Todos los salmones que no han remontado el río la han liado en la orilla. Es el caso del Turquía-Suiza, que acabó como el Rosario de la Aurora. Un día me contó Del Bosque que lo que más le llamó la atención en su primer entrenamiento en el Besiktas (y ya es raro que a Vicente le sorprenda algo en un entrenamiento...) era el ruido tibia contra tibia de sus jugadores. Bueno, y luego está lo de Bahrein, que ahora protesta por el gol que le anularon ante Trinidad y Tobago.

Pero si la repesca ha sido la repera, lo que es la releñe es que resuciten Leo Beenhakker, al que en el Madrid llamaban con cariño el quesero, y Guus Hiddink, que también pasó por la Casa Blanca pero que, a diferencia de su compatriota, no tuvo que demandar al club que entonces presidía Ramón Mendoza (q.e.p.d.) para que le pagaran sus emolumentos. Y lo último, la repera limonera, lo de Robert Hoyzer, a quien entrevisté en junio pasado, cuando aún era un hombre libre. Corrupto pero libre. Un árbitro, un juez en el talego es peor que un salmón en la orilla.