Del doping, mejor no hablar

Del doping, mejor no hablar

El saltador Raúl Fernández ha sido sancionado con dos años por dar positivo. Como recientemente también lo fue la fondista Amaia Piedra. Ambos casos han sido comunicados oficialmente a los medios de comunicación por la Federación Española de Atletismo. La pasada semana fue sancionado por el mismo periodo y con toda formalidad Santi Pérez por parte de la Federación Española de Ciclismo. Sólo hay una diferencia: esta Federación evitó que la noticia fuera divulgada al no emitir comunicado alguno. Restar trascendencia a un caso de doping no arregla el problema. Todo lo contrario. Revela que el nuevo presidente, Fulgencio Sánchez, es de la opinión de que cuanto menos se hable de doping en su deporte, mejor.

En este sentido, sigue la línea de sus predecesores. Para saber que un ciclista había sido sancionado había que esperar a que, muchos meses después, la UCI lo publicara en su boletín. Los equipos no decían nada, la Federación tampoco, y a poco que el ciclista no fuera de primera línea, nadie se enteraba. No digamos ya de los júniors. Suyos son la mayoría de los 20 positivos que tuvimos el año pasado, lo cual delata que el problema arranca desde la raíz. Y la Federación callada. El silencio la hace cómplice de una trama, de la cual no parece tener muchas ganas de investigar. Crea así la impresión de que prefiere mirar hacia otro lado. Por algo el ciclismo tendrá un seguimiento especial en el nuevo Plan Antidoping del CSD.