España entera es balonmanera

España entera es balonmanera

El balonmano ha tenido, por fin, sus días de gloria. Una audiencia de 3,5 millones de telespectadores, con puntas de 4,8, es como para sacar pecho. Una audiencia que este año sólo es superada por los partidos jugados por el Barcelona, Real Madrid y Valencia, una audiencia superior a la que tuvieron el año pasado nuestras medallas olímpicas, la Copa Davis, las carreras de motos, el Tour, la Vuelta y los playoff de la ACB, una audiencia superior a la de aquellos partidos que televisaron de Urdangarín nada más anunciar su boda con la Infanta, una audiencia que fue líder en su franja horaria, en competencia con las películas de TVE 1, Tele 5 y Antena 3, una audiencia que refleja que España estuvo con la Selección.

¿Porque ganó el Mundial? Por supuesto. El Tour tenía cinco millones de audiencia cuando lo ganó Indurain, y la mitad desde que él no está. Pero no deja de ser menos cierto que el balonmano es un deporte que va a más. El partido de octavos contra Alemania en los Juegos fue visto por 2,1 millones de personas, y la semifinal de este Mundial ante Túnez, por 2,0, que son 200.000 más que esa misma semifinal del Mundial de 2003 frente a Croacia. España es un país de fútbol, sí, pero en el que cada año aumenta el interés por otros deportes considerados minoritarios y que dejan de serlo en cuanto ofrecen algo en juego. Por eso, cuando un oyente de la SER dijo el domingo "España entera es balonmanera" tenía toda la razón.