Rossi, el mejor de la historia
Ponernos de acuerdo sobre quién es el mejor piloto de la historia es casi imposible. Hay que tener en cuenta muchos factores: el talento del piloto, la calidad de la moto, el nivel de sus rivales, su capacidad técnica y mecánica, la disposición a trabajar y entrenarse, su nivel de competitividad, incluso sus aptitudes marketinianas para universalizar este deporte. Si además le añado la estadística, un poco de historia y mis propias sensaciones me saldría esta parrilla de salida. En primera línea, Agostini, Doohan, Hailwood, Roberts y Rossi (por orden alfabético). De aquí saldría, sin discusión, el número uno. Añadiría, para contentar a los más jóvenes, a Lawson, Rainey, Schwantz y Spencer (la Edad de Oro de los 500cc) y para los veteranos, a Duke, Read y Surtees (68 títulos mundiales en total). Rossi, Spencer y Hailwood son, sin duda, los de mayor talento.
Los que utilizaron mejores motos fueron Agostini y Doohan (también son los que tuvieron rivales más asequibles), el que más controlaba la mecánica fue Surtees, la mejor disposición al trabajo fue la de Rainey y Lawson, el nivel de competitividad el de Roberts y Read y las aptitudes marketinianas las de Agostini y Rossi (no puedo olvidar a Sheene). Factor especial para Schwantz, el de la imprevisibilidad (como sus trazadas). Con todo, mi preferido era Hailwood, pero después de lo que he visto hacer a Valentino Rossi en 2004 no me ha quedado más remedio que traicionar a Mike The Bike y rendirme a The Doctor. No ha sido fácil pero, señores, es el único piloto que ocupa un lugar entre los tres primeros en cada uno de los factores que anteriormente he citado. No reneguemos de Rossi en nombre de la historia de este deporte, disfrutemos de él.