El doble, asignatura pendiente

El doble, asignatura pendiente

Bob Bryan figura en el furgón de cola de los mejores tenistas del año, porque sólo jugó un partido en Memphis y lo perdió su hermano Mike ni siquiera aparece en la lista. Desde julio de 2003 no disputa un partido individual. En toda su vida ha jugado 14 y perdido 9. Su hermano Bob, con más partidos, 54, no mejora el palmarés familiar: 37 derrotas. ¿Cómo es posible que estos jugadores fulminaran a Ferrero y Robredo ayer en el doble? Robredo ocupa este año el puesto 13º en la clasificación mundial; Ferrero, el 31º. Sólo hay una explicación: el doble es un juego elevado al rango de especialidad. Dos jugadores mediocres, pero especialistas, tendrán siempre las de ganar ante una pareja de buenos jugadores, pero improvisada. En el doble la pista es más grande, pero la presencia de dos jugadores reduce sus espacios. Es juego de saque y volea, de movimientos sincronizados, y con los dos jugadores sobre la red no es fácil pasar la bola. Nada que ver con el juego de individuales. Bob y Mike Bryan, Arthurs y Woodbridge, Pioline y Santoro, Bjorkman y Kulti, Forget y Raoux, Kuhnen y Stich, nombres de tenistas que no llegan al gran público, pero que han sembrado el terror en el doble de la Davis. Eso es lo que nos falta. Tenemos unos jugadores fenomenales, si flojea Corretja, ahí está Ferrero (Davis del año 2000), renquea Ferrero y Nadal se convierte en el héroe (Davis de 2004), pero el doble sigue siendo nuestra asignatura pendiente. Una lástima.