Alberto García vuelve limpio

Alberto García vuelve limpio

Alberto García ya ve el final del túnel, porque después de año y medio de sanción los seis meses que le quedan pasan en un suspiro. Ya no se trata de correr por correr para mantener estable la forma, sino de afinar la preparación para reaparecer. Él sigue manteniendo que es inocente. Creerle es un acto de fe. Yo sigo pensando que no hay laboratorio en el mundo capaz de encontrar el más mínimo rastro de EPO en quien jamás se la haya administrado, por escasa que sea la fiabilidad de los sistemas de detección, lo cual, por cierto, es mucho decir. Es su palabra contra la prueba de un laboratorio, el de Lausana, acreditado internacionalmente y avalado por la comunidad científica.

Pero eso ya va dar igual. Alberto García se encuentra próximo a cumplir el castigo y tiene todo el derecho a su rehabilitación. Fue, oficialmente, un tramposo, pero en el deporte todo el mundo tiene una segunda oportunidad. No habrá más. El atletismo sanciona a perpetuidad un segundo positivo. Por eso en lo que sí hay que creer es en que Alberto García correrá limpio. Qué ejemplar sería que aquellos que han caído en las garras del doping se convirtieran, a su regreso, en paladines de un deporte limpio. Mas para eso tenían que empezar por reconocer errores cometidos y, ¿por qué no?, en denunciar a los médicos, entrenadores o representantes que les indujeron a ello, e incluso a los atletas que siguen siendo tramposos.