En el boxeo existe la justicia

En el boxeo existe la justicia

La derrota de Karim Quibir fue una lástima, pero concede gran credibilidad al boxeo. No estamos acostumbrados a que el púgil de casa pierda un combate a los puntos ante un extranjero, por muy campeón que sea. El boxeo está repleto de ejemplos. Como el de fuera no gane por KO, son contados los casos en los que los jueces le dan la victoria por puntos. En la velada de Vistalegre tuvimos un ejemplo. Kodjo le pegó un palizón a Teti Palomo y éste resultó ganador ante la mofa de los espectadores por la descarada decisión. No hubiera sido el caso de Quibir, pues la superioridad de Maludrottu no fue tan manifiesta, por lo que dan ganador a Quibir y los espectadores lo hubieran celebrado unánimemente con gran algarabía.

Sólo los entendidos y los auténticos aficionados se hubieran cortado un pelín. Éstos vieron que Quibir era el perdedor. Por poco, pero el perdedor. Es de celebrar, por tanto, que se hiciera justicia. Y es que, según dicen esos entendidos, en el boxeo no hay título de más prestigio que el de Europa, el de la EBU, porque en él no hay tongos ni sobornos. Ahí el boxeo permanece íntegro, ajeno a versiones extrañas que florecen bajo intereses económicos. Los mismos campeonatos mundiales tienen tres títulos: del Consejo (WBC), de la Organización (WBO) y de la Asociación (WBA), sin entrar ya en el detalle de campeonatos intercontinentales o transcontinentales. Por eso, cuando tengamos un campeón de Europa, celebrémoslo.