La inflación arruina a la ACB

La inflación arruina a la ACB

El gran Tau-Madrid no debe tapar la verdadera situación de la ACB. Ésta aún mendiga contratos televisivos que no son más que un parche para ocultar el verdadero problema. El problema es que ha vuelto a ser un gigante (el baloncesto) con los pies de barro (la ACB), porque Portela, el presidente, ha estado durante años inflando el globo de su competición para sacar la mayor tajada posible. Y lo sigue haciendo al presumir de grandes asistencias a las canchas (en la cuarta jornada, 7.373 espectadores de media, el segundo mejor registro de la historia), pero no dice cuántos abonos y localidades son regalados, intercambiados u obtenidos hasta con un 40% de descuento. Tampoco dice que los clubes adeudan 50 millones.

La situación económica se ha hecho insostenible por la ruina que ha provocado la inflación creada por Portela en la ACB. Una ACB que si se mantiene es porque hay ayuntamientos, diputaciones y comunidades que ayudan al baloncesto. Una ACB que alcanza su máxima audiencia cuando dos equipos de fútbol, Madrid y Barcelona, trasladan su rivalidad a la cancha. Una ACB que, precisamente, tiene al fútbol como máximo patrocinador, pues los dos clubes mencionados se gastan 30 millones en la liga ACB. La ACB ya ha demostrado su incapacidad para gestionar el baloncesto. Si tanto quiere Portela a su deporte debería irse, porque se hace urgente un plan de saneamiento que salvara nuestro baloncesto.