Los rivales de Pedrosa dicen que gana porque pesa menos que ellos. La verdad es que Pedrosa es una pizca. Menos de 50 kilos, demostró la báscula de Lo+Plus, y aún así parecen muchos. A Pedrosa, piernas arqueadas cual moderno cowboy —dada su profesión no podía ser de otra manera — los vaqueros de talla 36 aún le quedan huecos. Por arriba, la sudadera publicitaria oculta su verdadera complexión, que está en desarrollo para poder correr en MotoGP. Pero Rossi ha demostrado que en las motos gana el piloto, no la máquina. Pedrosa ha ganado en 250cc por sus habilidades, no por su peso. Además, si acaso sería una desventaja para conducir una moto que pesa cien kilos a 250 kilómetros por hora.

A esas velocidades la moto se convierte en una fiera a la que hay que someter a fuerza de brazo y hombro cuando se desboca. Pedrosa lo expresó muy bien en su visita a AS. Hablaba de su futuro paso a MotoGP y extendió los brazos. Vibró el manillar e hizo entender que no podía dominar la moto. La de 250cc, sí. Se puso en posición y su estructura le daba para manejar situaciones inesperadas. Por eso seguirá aún en 250cc. Y cuando coja fuerza y desarrolle su constitución, a MotoGP. Pedrosa desea que para entonces siga Rossi. Para saber, a través de un enfrentamiento con él, desde qué nivel parte. El hecho de que quiera buscar referencias a través del mejor piloto de todos los tiempos revela lo lejos a donde está dispuesto a llegar.