Pole de Canet antes y después de la tormenta
Bandera roja a 9:37 por la tremenda descarga de agua, con truenos y rayos. En la reanudación, hora y media después, Arón volvió a dominar, por delante de Dixon.
Llover, lo que se dice llover, no dejó de hacerlo en ningún momento del sábado sobre Motegi, pero la cosa se agravó cuando llegó el turno de la Q2 de Moto2. Los pilotos salieron a pista ya con la amenza de algún trueno y pasados cinco minutos se puso a jarrerar como si hubieran abierto las compuertas del cielo. Era la cola del Tifón 15 (Talas), y en las aplicaciones de los móviles había avisos de clima extremo. Con ese panorama, a 9:37 del final apareció la bandera roja que cancelaba la sesión, con Arón Canet al frente de la tabla de tiempos gracias al crono de su segunda y última vuelta.
Canet, que llegó a la Q2 tras liderar la Q1, en un camino en el que le acompañaron Baltus, Kubo y Beaubier, hizo 2:07.503, muy lejos del 1:50.483 marcado ayer por Augusto Fernández en seco, y le dio una ventaja de 0.551 sobre Chantra. Por momentos pareció que ese tiempo sería el definitivo, porque tardó mucho en parar de llover y la cancelación definitva estuvo sobre la mesa. Sin embargo, amainó y con la pista aún mojada se pudo reanudar la sesión hora y media después, momento en el que Canet reconfirmó su condición de relámpago en agua para firmar su tercera pole de la temporada, marcando hasta tres vueltas rápidas.
Al del equipo Flexbox HP40, el de Sito Pons, le siguió a 0.7 de distancia y a 0.9 Arbolino, que cerró la primera fila. Inicialmente la segunda plaza era de Aldeguer, pero le cancelaron la vuelta y el murciano acabó sexto, cerrando una segunda línea en la que tendrá por delante a Chantra y Salac. La tercera fue para Navarro (caída), Beaubier y Kubo. La cuarta, para Baltus, Fernández y López (caída cuando venía marcando vuelta rápida tras los tres primeros parciales). La quinta, para Ogura, Roberts y Bendsneyder. Y la sexta, para Van der Goorbergh, Arenas (caída) y Acosta. Más atrás saldrán Ramírez 27º y Alcoba 29º.
Hacía tres años que el Mundial de motos no visitaba Japón, por la pandemia, y ya es mala suerte que tres años después se haya encontrado con una climatología tan adversa que puso en peligro también la calificación de MotoGP, que se va a poder celebrar, cancelando eso sí el FP3. Por suerte, la lluvia debería dar tregua, según las previsiones, para las carreras de mañana.