GP Austria F1: el día que Ferrari ordenó a Barrichello dejarse ganar por Schumacher
"Bajé del podio y me fui a vomitar de rabia", reconoció el brasileño años después de Austria 2002, un capítulo, bochornoso en la historia reciente de la F1.
Rubens Barrichello lideraba el GP de Austria de 2002, sexta cita del Mundial de F1 disputada el 12 de mayo, cuando recibió la orden de equipo, en concreto de Jean Todt, actual presidente de la FIA, de que debía dejar pasar a Michael Schumacher, su compañero en Ferrari. El brasileño se negó, pero finalmente decidió aceptar en la última vuelta "por miedo a un despido fulminante". El Kaiser ganó en uno de los capítulos más bochornosos que se recuerdan y 'Rubinho' ni siquiera acudió a la conferencia de prensa. "Bajé del podio y me fui a vomitar de rabia", reconoció años después en 'O Globo'.
Así recordaba el episodio completo en la publicación de su país: "Llegué a la última curva y decidí no dejarle pasar. Pero luego pensé: ‘Me encanta lo que hago, ¿qué pasa si me despiden?’ Y decidí dejar pasar a Schumacher y que ganara. Estaba muy enfadado, tenía mucha rabia. Si hubieras escuchado la radio en ese momento, todos habrían estado disgustados. Me guardé el mensaje de radio para publicarlo en un libro algún día”. 187 milésimas les separaron, pero aún resuenan en el circuito austriaco que inicia el Mundial 2020 de F1 los pitos de los aficionos en las gradas, conscientes del apaño que había perpetrado Ferrari para dar unos puntos que no necesitaba su líder en vez de premiar al gran trabajo del 'escudero'.
"Austria 2002 fue un error. Antes de la carrera discutimos sobre cómo manejaríamos esa situación si ocurriera. Entonces nos metimos en la carrera, Rubens estaba por delante de Michael y le dijimos si le podía dejar pasar", recuerda Ross Brawn, actual director deportivo de la F1 y en ese momento director técnico de la 'Scuderia'. "¡No me hagas hacer eso! ¡Esta es mi gran oportunidad de ganar esta carrera!, respondió Rubens. Michael también estaba en la radio y quería saber cuándo Rubens iba a dejarlo pasar como habíamos acordado previamente. Luego la cosa empeoró, porque Michael vio la reacción del público y subió a Rubens al primera escalón del podio, por lo que la FIA nos multó con un millón de dólares. Si miro hacia atrás, insisto en que el cambio de posición tuvo unas consecuencias mucho peores que lo que habría sido un problema interno de equipo. Las consecuencias de aquello fueron mucho peores que si Rubens hubiera ganado la carrera y le hubiéramos reñido en privado", terminaba de explicar el ingeniero británico.
Arrepentimiento en Ferrari tras un gran premio que pasó a la historia como un capítulo negro para un deporte, pero que afortunadamente, como resalta el propio Barrichello, ha evolucionado en las comunicaciones y ahora es más difícil de repetir... aunque tras ese 2002 ha vuelo a suceder. "Lo que me enorgullece es que las reglas han cambiado debido a eso. Ahora uno escucha en su casa lo que el piloto dice. Ese día, si se hubiera escuchado lo que se dijo, estarían asqueados".