Obús de Leclerc en Spa
Pole brutal del monegasco, con siete décimas de ventaja sobre Vettel y Hamilton. Primera línea Ferrari y mal día para McLaren: Sainz, 17º
Martillazo de Charles Leclerc, vuelta mágica, espectáculo de un piloto tocado por la varita de las estrellas. La de este sábado en Bélgica no es su primera pole, es la tercera, pero las otras las logró en Bahréin y Austria, Spa-Francorchamps sí es una plaza de primera categoría, con la curva más difícil del Mundial (Pouhon), la más famosa (Eau Rouge) y el trazado más largo, siete kilómetros. Es esta la vuelta más exigente de toda la temporada y la ha ganado un chaval de segundo año. Le metió siete décimas al segundo clasificado, un tetracampeón del mundo con el que comparte mecánica, porque Vettel hizo un buen trabajo, aunque cruzara la meta lamentando "un desastre de tráfico". Simplemente, Leclerc proyectó un obús en su Ferrari.
Le falta una victoria, la ha tenido dos veces en la mano y la puede lograr este domingo para romper el mal fario de una temporada inexplicable de Maranello. Aquí el SF90 es una delicia, vuela, y dejó a Mercedes a las mismas siete décimas de ‘Seb’. Hamilton saldrá tercero, recuperado de un accidente en el tercer entrenamiento libre, y Bottas, cuarto por delante de Verstappen. La zona media la ganó Renault con Ricciardo y Hulkenberg, pero por culpa de sus sanciones saldrá sexto Kimi Raikkonen, el de la cojera, junto a dos renacidos, Pérez y Magnussen.
El mal fin de semana de McLaren se consumó en clasificación. Carlos Sainz no tuvo ni un intento digno, salió con gomas usadas y sin exprimir el motor, antiguo, en el modo de clasificación, y cuando fue a por la segunda vuelta se encontró con la bandera roja de Giovinazzi, cuyo propulsor se rompió. El madrileño acabó 17º aunque, si no hay cambios, ganará una posición por las sanciones de Stroll y Albon. Detrás tendrá también a Kvyat y a Kubica, quien protagonizó otra intensa barbacoa en su motor Mercedes, nuevo a estrenar, y no pudo clasificarse, aunque será repescado. Tampoco lo de Norris fue para tirar cohetes, 12º y fuera del top-10.
Para la carrera, no obstante, Mercedes tiene un as en la manga. Bajará la temperatura, eso beneficia a ambos porque Ferrari tiende a degradar en exceso los neumáticos traseros. Pero los W10 suelen sufrir por el sobrecalentamiento y ese factor desaparece, y además hay probabilidad de lluvia que favorece a su imbatible carga aerodinámica. Hamilton tenía tres décimas de ventaja sobre Leclerc en ritmo de tandas largas el viernes. Pero el pentacampeón tiene que fajarse ahora con dos ‘cavallinos rampantes’, que copan la primera línea, y a eso no está muy acostumbrados.