En materia técnica, la parrilla 2019 de MotoGP es bastante similar a la temporada anterior, con seis fábricas en liza, cada una con sus particularidades en sus motos, con sus puntos a favor y sus puntos en contra. A falta de que el Mundial llegue a Europa, que es cuando de verdad se empieza a clarificar el panorama, da la sensación tras lo visto en la pretemporada que Ducati y Honda ocupan las dos primeras plazas del escalafón, seguidas por Suzuki, que ha sido capaz de superar a una Yamaha que parece mejor que la versión anterior, pero a la que le falta velocidad punta, KTM y Aprilia.
En el año de la centralita única y la IMU única (Unidad de Medición Inercial), todos los fabricantes coinciden en equipar a sus motos con motores de cuatro cilindros, con configuración en V a 90º o en línea, con distribución neumática, recurriendo a árboles de levas con válvulas neumáticas, salvo Ducati, que usa la distribución desmodrómica en exclusiva. En Borgo Panigale llevan décadas perfeccionando un sistema patentado por ellos que mueve las válvulas con los perfiles de las levas, tanto en la apertura como en el cierre, en lugar de con los clásicos muelles o los sistemas actuales neumáticos.
Hay coincidencia absoluta en el suministrador de frenos, Brembo,y casi en el de suspensiones, porque todos emplean Öhlins salvo KTM, que prefiere WP. La firma austríaca también se diferencia de la competencia a nivel de chasis, porque es la única que utiliza multitubular de acero mientras que los demás se decantan por el clásico doble viga de aluminio.
Otro apartado que ha cobrado mucha importancia en los últimos años es el de la aerodinámica, donde Ducati siempre va un paso por delante de los demás. Fueron los primeros en incluir las alas o alerones que luego se prohibieron, en teoría en aras de la seguridad, pero que el año pasado volvieron a aparecer de manera camuflada, evitando que parecieran cuchillas contra la integridad de los pilotos y sin que sobresalieran del ancho de la moto.