Jorge Martín visita As: "Al segundo no le quiere nadie"
El madrileño relató sus dificultades para lograr el título: "En Malasia me decía que tenía que ganar otro para volver a vivir algo así".
Visita a As del recién proclamado campeón de Moto3, Jorge Martín. Lo hizo bien acompañado, con su padre, Ángel, capitaneando de manera discreta una expedición de la que es parte importante porque junto a su mujer, Susana, hizo cuanto estuvo en su mano para que aquel niño de San Sebastián de los Reyes (Madrid) haya cumplido ya el primero de sus sueños a los 20 años. El primero, porque él quiere ser campeón de todo…
Antes de pasar por nuestra Redacción fue recibido en la Comunidad de Madrid, donde les recordó que hacen falta más ayudas para los pilotos de la zona centro y que su familia en su día las pasó canutas para sacar adelante este proyecto de piloto campeón. "Les hemos dicho que no hay ayudas y que es muy difícil llegar arriba siendo de Madrid. Les hemos dado un poco de caña. Yo ya no necesito ayudas, pero los que vienen sí y yo, cuando las necesité, no las tuve. Que yo sepa, estuve dos veces a punto de bajarme de la moto por falta de medios. El cálculo que hacemos en casa es de 150.000 euros antes de llegar a la Rookies Cup, y una vez en ella ya mi padre vendió su moto para financiar los viajes", asegura Jorge mirando a su padre, y Ángel da un dato que explica bien el panorama de cualquier piloto madrileño: "La Comunidad nos patrocinó un año, pero dejó de hacerlo porque alguien se quejó de que corría con la licencia de otra federación, lo que era así porque la de Castilla y León no nos hacía pagar los 500 euros que costaba la licencia y con eso teníamos para dos juegos de neumáticos. Así de claro. La madrileña no tuvo ninguna deferencia con él".
Tras ganar la Red Bull Rookies Cup en 2014, en su tercer intento, todo cambió para Martín, entre otras cosas al empezar a trabajar con Albert Valera, que también representaba a pilotos como Lorenzo o Aleix Espargaró. Eso le abrió nuevos horizontes, porque fichó por el equipo Aspar para el Mundial en 2015, y le generó nuevas amistades: "He entrenado con Lorenzo, Maverick y Aleix. Con Aleix hacía de todo. Con 16 años me pagaba todo. Iba a su casa una semana y me ponía la moto, su casa, todo. También he ido a casa de Lorenzo a entrenar". Lo más difícil a la hora de entrenar con Aleix es intentar seguirle en la bici, porque tiene nivel casi de profesional: "Hizo la Quebrantahuesos en menos de seis horas. Yo hice la de Mallorca, de 200 km, en siete horas, con 3.500 de desnivel, pero lo de Aleix es increíble".
Para este chaval de veinte años, el camino hasta la cima "ha sido duro, pero lo más difícil fue llegar hasta el Mundial". "Hace cinco años mi sueño era llegar al Mundial. Sabía que, si ganaba, me querría todo el mundo, pero si no lo hacía me tendría que ir a casa. Al segundo no le quiere nadie. Entonces sí que había mucha presión, por eso creo que trabajo bien bajo presión. Cuando he necesitado hacer algo, lo he hecho, pero cuando lo tenido más de cara igual he fallado", afirma. El dinero siempre ha sido un hándicap en los deportes del motor: "Me llegaron a pedir 200.000 euros por correr en el Campeonato de España de 2014, pero corrí la Rookies Cup, en la que ya había sido segundo el año anterior. Ganarla luego me sirvió para correr el Mundial". En ese sentido, su padre siempre dijo que no se volverían locos: "Yo tenía claro que tenía un piloto con medio segundo en el puño y eso tenía que valer algo. No tenía la opción de pagar o no pagar, porque no podía. No estaba dispuesto a hipotecar mi vida y la de mi familia. Esto es algo con lo que él se ha de ganar la vida, no dejársela".
Ezpeleta tiene en mente conseguir, quizá para 2022, poner fin a los pilotos de pago en el Mundial. Martín dice al respecto: "Lo veo difícil. Él único que puede conseguir algo así es Ezpeleta y debería ser así. Ahora cualquiera que tenga dinero puede correr, aunque sea peor que otro que vaya más rápido pero que no lo tenga. Es complicado. Hay pilotos a los que les piden 400.000 o 500.000 euros por hacer el Mundial".
Repasando sus primeros pasos en el Mundial, los dos años con la Mahindra, una moto inferior a las Honda y las KTM, fueron los más duros: "Dudaba de mí mismo, no era una moto competitiva y me estaba costando, pero mi compañero 'Pecco' (Bagnaia) lo estaba haciendo bien. Yo tenía problemas que él no tenía y me hundí. No paraba de decir que quería una Honda y me fui con Gresini en el último momento. Y desde los test fue bien".
Una carrera clave fue la de Valencia 2017, su primera victoria en un GP: "Me hizo cambiar el chip, porque estaba frustrado y decía que era el eterno segundón. Hice nueve poles, el récord, pero no ganaba… A mitad de año me rompí tibia y peroné, con lo que no estaba al cien por cien, y por fin llegó en Valencia la primera victoria. Ahí me cambió la pretemporada de cara a este año. Era el favorito, pero eso no me hizo sentir presión. La había cuando tenía que ganar o irme a casa". Ya como campeón, le ha faltado una felicitación: "Me han felicitado la mayoría de rivales, menos Bezzecchi. Me sabe mal, tenía muy buena relación con él. Cuando yo cogía el liderato él se enfriaba y el padre ni saludaba. Cosas muy raras. Había buena relación y respeto, pero al final…".
El próximo año irá a por todas en Moto2 como piloto del Red Bull KTM Ajo, un equipazo: "Lo ideal sería ser campeón de las tres categorías. El año que viene iré a un gran equipo. Este año han sufrido un poco, no sé si por la moto o por Oliveira, porque se clasificaba muy atrás para la parrilla y en Moto2 la salida es lo más importante. ¿Cuándo fiché? Había firmado ya en diciembre, lo que me dio una tranquilidad enorme". Su objetivo es claro para la categoría intermedia: "Quiero ganar también el Mundial de Moto2. Es increíble. En Malaisia me decía a mí mismo que había que ganar algún día otro título sólo por volver a vivir algo así".
Y para cuándo MotoGP: "Para 2021, ¿no? Me gustaría hacer los dos años de Moto2, aunque si gano el año que viene… Lo que pasa es que casi todos los contratos de MotoGP están cerrados para dos años. Creo que Petrucci sólo tiene uno. Lo que ha hecho Mir sería ideal, porque si te llama una fábrica como Suzuki tienes que ir. A mí me gustaría subir como él, pero con mejores resultados en Moto2. Mi ejemplo a seguir es Bagnaia". El campeón de Moto2 no es mala rueda.
Una anécdota con Rossi
"Mi ídolo de niño era Rossi. En 2006 fuimos a Valencia, yo tenía ocho años y me tocó la cabeza al hacernos una foto. Me duché una semana con las manos en la cabeza para que no se me fuese su toque. ¿Que cómo me apañaba con el jabón? Me enjabonaba mi madre”, afirmó divertido Martín.
Almuerzo en la RFME con periodistas
Jorge Martín exprimió su agenda de ayer y también tuvo tiempo para estar en un almuerzo organizado por la Real Federación Motociclista Española. Acompañado por Manuel Casado, presidente de la RFME, y por sus padres, Susana y Ángel, el campeón de Moto3 contestó a las preguntas de los periodistas y reconoció sentirse "muy orgulloso de ser el primer campeón del mundo madrileño".