Pedrosa se irá sin el título de MotoGP, pero con la cabeza alta

Las medidas de Dani Pedrosa, según la web oficial de MotoGP, son de 51 kilos de peso y 160 centímetros de estatura. Valga esto para entender el desafío físico que ha supuesto cada una de las 207 carreras que el catalán ha afrontado hasta la fecha en la clase reina, y varias de ellas mermado físicamente, porque promedia más de una operación por temporada en el Mundial, y eso que lleva en él desde 2001. Ahora ha anunciado en el arranque del GP de Alemania que la de 2018 será la última, que lo dejará al finalizar el curso, tras elegir Honda a Jorge Lorenzo como nuevo compañero de box de Marc Márquez y no cuajar para él la opción de la Yamaha satélite que dejó libre Lorenzo. Una pena, aunque podrá mirar siempre hacia atrás con orgullo y la cabeza alta, porque le acompañará por siempre un excelente palmarés al que sólo le falta la guinda del título de MotoGP.

El de Castellar del Vallés acabará la temporada con 33 años (los cumple en septiembre) y, salvo milagro, porque ahora mismo marcha duodécimo en la general a 99 puntos del liderato, con tres títulos de campeón, los dos de 250cc y el de 125cc. Llegaron de una tacada, de 2003 a 2005, antes de dar el salto a la clase reina de la mano de Honda y Repsol, para entrar directamente en el box que durante tanto tiempo ocupó su gran ídolo, Mick Doohan. Y en él ha permanecido desde 2006 hasta hoy, para un total de trece temporadas, con tres subcampeonatos (2007, 2010 y 2012), 31 victorias y 112 podios.

Como tantas veces dijo de él Ángel Nieto, para muchos queda la sensación de que, Pedrosa habría sido invencible con un palmo más de estatura, porque físicamente siempre corrió en desventaja en la clase reina, algo que, en cambio, no se puede decir de su paso por el cuarto de litro, donde ser más menudo le ayudaba. Su físico, además, ha estado siempre muy castigado por las lesiones. Hasta un total de 35 según el último recuento de este diario, repartidas en 19 percances. Y puede que sean más, porque él dice que nos hemos dejado alguno en el tintero.

De todos, el más doloroso fue el del GP de Alemania de 2008. Pedrosa lideraba destacado bajo la lluvia hasta que llegó una aparatosa caída en la primera curva que le produjo una inflamación generalizada de la mano izquierda con hematomas en las vainas de los tendones extensores; fractura desplazada de la falange distal del dedo índice izquierdo; esguince de la articulación interfalángica próxima al dedo corazón izquierdo; fractura del hueso grande de la muñeca izquierda; y esguince del ligamento lateral externo del tobillo derecho. Pero lo peor no fueron las consecuencias físicas, que fueron muchas y le hicieron perderse la carrera siguiente, la de Laguna Seca. Lo peor fue que supuso el adiós al título de MotoGP que más cerca tuvo realmente.

Llegó a esa prueba líder, con nueve puntos de ventaja sobre Rossi y 29 sobre Stoner, que son los pilotos que acabaron esa temporada por delante de él y a los que ya no plantó batalla tras ese grave accidente. Antes de Sachsenring, había sumado 171 puntos en nueve carreras, después, 78 en las ocho siguientes. Fue el año en el que la mala suerte más se cebó con él, aunque en este 2018 también lo ha hecho. Se lesionó la mano izquierda en el test de Qatar, Zarco le tiró en Argentina y se fracturó el radio distal del brazo derecho y en Jerez formó parte de la carambola con Lorenzo y Dovizioso que le dañó la cadera izquierda.

Y una vez más, duele aún más la enorme cantidad de puntos que perdió por cada percance, sobre todo jugándose la renovación... “A veces me pregunto por qué todo me pasa a mí”, le dijo a As en la entrevista que le concedió hace un par de meses en Le Mans. Sigue sin haber respuesta para ello, pero se podrá ir orgulloso de los servicios prestados durante 18 años en el Mundial.